San Pedro y San Pablo
Aquí sigo. Vivo, sano, acabando el segundo trimestre del año, lo cual tiene ciertas implicaciones para los autónomos como yo. Sí, sigo siendo parte de esa extraña raza de irreductibles seres humanos que trabaja por cuenta propia.
Esta es la tercera vez que escribo este año 2020 a pesar de todo el tiempo libre que he tenido. En estos últimos meses no he desarrollado nuevas habilidades, ni me he puesto a hacer repostería ni panes ni otras pichorradicas varias.
¿Y ahora qué? No he cambiado de opinión respecto al post anterior que escribí. No obstante mi situación personal ha mejorado un poco las últimas semanas. Eso sí, el calor que estamos teniendo en estas fechas me está dejando bien aplatanado.
Pensando en todo esto hemos llegado al 29 de junio, que en el calendario cristiano está marcado como San Pedro y San Pablo. Siempre que llega este día me vienen ciertos recuerdos, desgraciadamente de gente que ya no está entre nosotros.
Siempre en un día como hoy mis abuelas me llamaban para felicitarme por «mi santo». Nunca he sabido si cuando uno cumple «su santo» hay que celebrarlo de alguna manera, pero echo de menos esas llamadas, como tantas otras cosas.
Otro recuerdo, más doloroso quizá, es cuando me acuerdo de mi amigo de la infancia Pedro. Este 29 de junio era como «nuestro día». No es justo que las personas se vayan de este mundo antes de tiempo, y mucho menos si se van tan jodidamente pronto.
En fin, sea como sea espero que el resto del verano pase lo más rápido posible. Tengo cierta esperanza de que al terminar el verano haya interesantes novedades.
