No a la mediocridad
Cuando iba al colegio (hace ya unos cuantos años) yo era de los «listos» de la clase. Entendamos por listo como aquel que sacaba unas notas decentes, porque si miramos otras acepciones de la palabra «listo» quizá no encaje en ellas.
En aquella época, la gente que era mediocre en los estudios no era la predominante. Los «listos» no éramos del todo mal vistos por el hecho de serlo. Generalmente, la gente que tenía un mínimo de interés por aprender avanzaba curso tras curso sin mayor problema.
¿Qué carajo pasa ahora? Ser mediocre es la clase predominante. Todo aquel que destaca está expuesto a que le machaquen sin piedad. Esto provoca que el nivel académico a todos los niveles ha bajado a un nivel alarmante. Ser profesor se ha convertido en un deporte de riesgo (para la salud física y mental).
No extraña mucho que hayamos llegado a esta situación. Factores hay unos cuantos, como la sobrecarga de información sin un pensamiento crítico. La gente recibe multitud de información y estímulos hoy en día, lo cual requiere un esfuerzo para asimilar. Es más fácil quedarse con un slogan de 4 palabras que pensar en una realidad compleja.
Personalmente, no culpo a la gente que ha elegido ser mediocre. Es válido, probablemente la ignorancia sí que sirve para ser feliz… Me preocupa más la gente que desde el principio de su vida no ha tenido nada más que mediocridad. Gente que sigue la corriente y nunca ha podido tener ni siquiera un triste flotador ni un remo para salir de ahí.
No olvidemos tampoco cómo desde los medios de comunicación se ensalzan unos valores y unos supuestos modelos a seguir que son tóxicos y como no, mediocres. Sobre todo si hablamos de los políticos actuales, un ejército de papagayos que sólo saben repetir las consignas que se les han dado y que en el momento que salen del guión no tienen ni idea del mundo que les rodea.
Intentemos salvar la excelencia. Si alguien ha elegido ser mediocre es una decisión respetable, pero que no arrastre a nadie a su ciénaga. Si alguien quiere salir de esa ciénaga, démosle la mano y construyamos juntos un mundo que sea al menos un poco mejor.