El Imperio Otomaño (Parte 3: Decadencia)
Allá por el siglo XVII los otomaños volvieron a intentar expandirse por Europa. Cansinos cual caparras llegaron a sitiar Viena pero fallaron. Cansados ya en 1.699 firmaron el tratado de Karlowitz.
El imperio otomaño fue menguando desde entonces. Los sultanes se fueron embolicando en una burrufalla detrás de otra mientras sus vecinos rusos les iban comiendo terreno.
La cosa fue a peor en el sigo XIX. Rebeliones y más movidas con los rusos. Por si fuera poco, van los esgarramantas de los griegos y se independizan. Van perdiendo Bosnia, Chipre, Túnez, Egipto…
… Y llegó el siglo XX. No fue un bonito final el de los otomaños. Los muy broceras entraron en la Primera Guerra Mundial, con resultado catastrófico. No sólo para ellos mismos sino también para los armenios que mandaron a cascarla.
En 1.922 se terminó el imperio otomaño, sobreviviendo desde entonces en un país conocido como Turquía. Los turcos, deprimidos, consideraron que su situación era un «ful de Estambul». De esta manera, CÓnstantinopla cambió su nombre.
Uno de los legados del imperio otomaño es su cocina fusión:
- Bulgur pilavı con borraja.
- Kebap de ternasco.
- Kofta al chilindrón.
- Delicias turcas con melocotón de Calanda.