El Imperio Otomaño (Parte 1: Orígenes)
En un universo paralelo, allá por el siglo XIV, unos emisarios del sultan Osmán I se pusieron en contacto con representantes de la Corona de Aragón en el Ducado de Atenas.
Impresionados por su curiosas costumbres y su gran tozudez, fueron adoptando algunas de sus características dando lugar a una cultura de mestizaje única y a una nueva entidad política: El Imperio Otomaño.
El aún joven Imperio Otomaño ansiaba expandirse de la misma manera que sus nuevos amigos aragoneses. No lo tuvieron fácil ya que ninguno de sus vecinos era especialmente amistoso… Bueno, ellos mismos eran un poco bruticos también.
En la segunda mitad del siglo XIV los otomaños se establecieron en lo que en este universo consideramos como Europa. Crearon una base en Gallipoli, que renombraron como Chilindroni en honor a un plato tipico aragonés.
Después de aquello las tuvieron tiesas con los serbios, húngaros, griegos, mongoles, etc. etc. Es decir, con todo aquel que se pusiera por en medio. Pero uno de sus vecinos les estaba tocando sus pelotas otomañas espcialmente: Los bizantinos.
Fueron muy cabezones e intentaron por todos los medios conquistar CÓnstantinopla. «¡CÓNSTÁNTÍNÓ! ¡Danos las llaves de la ciudad, CÓ!» Gritaban sin parar. Como los bizantinos no hacían ni puñetero caso, Mehmed II se puso furo y los otomaños conquistaron la ciudad alla por 1453
Divertido e Ilustrativo.¡ole! Maños.