Sumtyls – Parte 1
Era una mañana de sábado bastante agradable para ser el mes de marzo. El sol salía tímidamente entre algunas nubes mientras Irene se ataba los cordones de las zapatillas dispuesta a hacer un poco de ejercicio.
La primera parte de la carrera matutina de Irene empezaba fuerte, con una subida a la Atalaya, o Cerro de Santa Catalina. Allá arriba, junto al «Elogio del Horizonte» de Chillida, también conocido por otro nombre más cachondo, se tomó un momento de descanso.
Con un poco más de calma bajó hacia la Playa de San Lorenzo, hasta llegar a la Escalerona. Allá se detuvo nuevamente y echó un vistazo a la playa, donde un par de valientes estaba dándose un baño. Cuando se disponía a reanudar la marcha, vio que las olas estaban empujando una botella verde hacia la arena.
No era la primera vez que Irene veía botellas en la playa, con lo que tampoco le llamó la atención en un primer momento. Sin embargo, esta vez miró con un poco de curiosidad, ya que no parecía ser la típica botella de sidra. Podría ser una botella de whiskey, pero no la reconocía desde lejos. Decidió bajar a la playa para echar un vistazo.
Irene era una persona curiosa por naturaleza, y aquella botella le parecía llamativa. Su curiosidad fue aumentando cuando al llegar a la botella se dio cuenta de que había un papel en su anterior. «Esto puede ser el principio de una bonita historia» pensó Irene, mientras examinaba primero el exterior de la botella, que identificó como Whiskey Connemara.
¿Connemara? Ni idea. No obstante aún se podía leer «Irish Whiskey» en la botella, lo cual daba una pista. Pero lo más intrigante era el papel de su interior. Abrió el tapón de la botella y en su interior estaba escrito a mano en un papel de cuaderno la siguiente frase: «Ná bíodh aon déithe eile agat i mo láthair». Prometedor, pero no tenía ni idea de en qué idioma estaba escrito.
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