NocheMala – Parte 1
NocheMala no era en sí el nombre oficial de la ocasión, sino «Noche de la Purificación de los Elementos Subversivos». Un nombre sin duda rimbombante que escondía un cruel evento anual que desde hacía no mucho tiempo había eclipsado por completo la típica cena navideña del 24 de diciembre.
Vestido con un mono de color azul claro, al igual que el resto de los comensales, Javier afrontaba su segunda NocheMala. Por segunda vez, Javier «El Pegatina» Rodríguez había sido invitado, no amablemente, a asistir a la cena del día 24. En esta ocasión le había tocado la posición número 2. Hace 2 años, ocupó el número 7.
La posición en la mesa era irrelevante siempre que al comensal no se le hubiera asignado el número cero, que correspondía a la posición central. No obstante, el número 2 de Javier indicaba que sólo 2 personas habían obtenido mayor puntuación que él en la cena de este año, una joven llamada Rebeca en la posición número 1 y un anciano llamado Mariano que ya esperaba en el centro de la mesa.
Javier ya sabía que no todas las trece personas sentadas en la mesa iban a levantarse de ella una vez terminado el postre. Así lo indicaban las normas y así se había cumplido desde que se instauró el evento. Todo esto ante la atenta mirada de las cámaras de la televisón estatal, repartidas por todo el salón para retransmitir en directo la cena como si se tratara de un evento deportivo del más alto nivel.
Los comensales comenzaron a desfilar delante de la cámara de televisión de la entrada. Ellos no podían escuchar absolutamente nada mientras en el canal estatal los iban presentando explicando cuáles eran las razones por las que estaban allí. Una vez hecha la presentación, cada uno de ellos fue ocupando su puesto en la mesa de forma ordenada hasta que el comensal número 12 se sentó en su lugar. El espectáculo acaba de comenzar.
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