El extraño «Irish summer»
Cuando llegué a Dublín hace mes y pico esperaba que me fuera a recibir el tiempo típico de por aquí: Variable con unos pocos ratos de calor, unos muchos ratos de fresco y lluvia. Sí que ha habido de eso, pero desde finales de mayo en general ha hecho un tiempo increíble del que no recuerdan aquí hace años.
Lo que sí me ha pillado un poco fuera de juego es que estoy pasando calor. Parece un chiste que diga esto cuando no he visto más de 27 grados, pero es así. Qué le vamos a hacer, yo vengo de tierra de secano y me he venido a una ciudad costera. He leído que el nivel de ozono es bajo en Irlanda, aunque no tengo muy claro qué efectos puede tener.
De todas maneras me quedo con la mejor parte, y es que están haciendo días incluso para ir a la playa y (si se tienen dos pelotas/ovarios) meterse al agua. Los irlandeses son gente que soporta muy mal el calor y el sol, con lo que al ir a la playa enseguida se les puede ver adquiriendo una tonalidad rojiza. Con el tema del calor pueden llegar a ser un poco exagerados, no recuerdo haber visto semejantes colas en una heladería.
Yo por mi parte nunca he sido muy amigo de la playa. Ni me traje bañador aquí, ¡no me esperaba esto! Sí que voy aprovechando para ir visitando lugares cercanos a Dublín. Tan cercanos como que se puede ir en Dart (tren de cercanías). El último de estos sitios es Howth, una pequeña península al norte de la capital con diferentes caminos (ojo, que algunos llevan varias horas) en los que se pueden ir viendo paisajes como este: