Peligro de extinción
Hace casi un año que no escribía en mi propia página. No ha sido por falta de temas o por falta de ganas. De hecho, recuerdo al menos dos ocasiones en las que había empezado a escribir un texto que era tan salvaje que al final decidí no publicar nada.
Es más, desde que escribí la última vez por aquí no me han ido mal las cosas. El problema (que quizá no es un problema) es que soy de ese tipo de personas que es capaz de mirar más allá de su propia imagen en el espejo. Dicho de otra manera, me preocupo por los problemas de otros.
Es difícil encontrar hoy en día a personas que no pongan el «yo» por encima de todas las cosas. La empatía es una capacidad en peligro de extinción mientras el narcisismo y la estupidez siguen en aumento. Capítulo aparte merecen los «negacionistas» de cualquiera realidad evidente, incluso cuando dicha realidad les golpea en la cara.
Hace poco volví a ver el primer episodio de la serie Capítulo 0, llamado «tertualianos». En el debate final de ese episodio entre un espigado alienígena y dos tertulianos muy chanantes se trataba de determinar si la humanidad merece ser exterminada. Afortunadamente esto se trata de un programa de humor, pero… ¿Qué pasaría si esto sucediera de verdad?
No hace falta que nos vayamos a las teorías más locas de conspiración y pensar en si ya tenemos alienígenas, reptilianos u otros simpáticos seres (más) inteligentes entre nosotros. Hagamos la pregunta: ¿Merecemos la extinción como especie? No vendría mal si existiera otra especie con la que compararse, quizá algunos marcianetes, vulcanos o kryptonianos.
Haya o no haya esa comparación con otra especie, sería muy difícil defender por qué no merecemos extinguirnos. Quizás ni tengamos que hacernos esa pregunta porque probablemente nos extinguiremos antes de que alguien tenga la oportunidad de pensar en ello. Es más, ¿y si es ese realmente el plan? Alguien está observándonos desde fuera comiendo palomitas cósmicas y disfrutando del espectáculo de nuestra estupidez.
La ciencia ficción y la ficción en general son una buena válvula de escape para entretenernos, pero hasta la ficción más absurda y retorcida nos puede hacer pensar un poco. Eso sí, no abusemos de la ficción y sobre todo de las distopías, porque si pensamos un poco nos daremos cuenta de que cualquier distopía imaginada puede ser una nadería en comparación con la realidad.

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[…] mientras tanto, los alienígenas siguen comiendo palomitas cósmicas, preguntándose si realmente merecemos continuar como […]