Bolo de bolacha
Entre lo más típico de la gastronomía portuguesa están sus postres. Sí, no sólo de bacalhau viven los «tugas». La afición por el dulce en este país es un poco desmedida con cosas como pastéis de nata, baba de camelo, chocolate en general y una buena variedad de bolos (tartas). Entre ellos, el bolo de bolacha.
Cuando aterricé en Faro hace 3 años no tenía ni idea de qué leches era un bolo de bolacha. La palabra «bolacha» me sonaba de ciertos paquetes de galletas que se vendían por España rotulados tanto en español como en portugués. Me hizo gracia el nombre la primera vez y desde entonces suelo pedirme ese postre cuando sea posible.
Se consumen muchísimas bolachas o galletas «Maria» aquí en Portugal, aunque el origen de dichas galletas sea inglés. El origen del bolo de bolacha ya es un poco más incierto. Si coges unas cuantas bolachas, mantequilla, azúcar, yemas de huevo, café y sigues una fácil receta consigues un postre típico portugués.
He mencionado pocos ingredientes. La verdad es que cada restaurante y cada cocinillas tiene su propia variante añadiendo otros elementos como cacao, leche condensada, vainilla, gelatina, etc. etc. No lo voy a negar, un bolo de bolacha es una bomba de azúcar y de calorías… Pero me encanta.
Algunas veces ni he podido pedirme mi bolo después de la comida porque en este país son especialmente generosos con la cantidad. Sea como sea, mientras una diabetes no me lo impida, cuando en la carta de postres aparezca un bolo de bolacha dejaré un hueco en el estómago para devorarlo.