Los asientos del amor
Según acabo de leer en La Voz de Galicia, «La compañía de transportes británica Arriva ha instalado en un centenar de sus autobuses urbanos en Copenhague «asientos del amor» para favorecer el flirteo entre los pasajeros.» Me suelo surtir de este periódico gallego para mi sección «La noticia de la semana» de mi programa de radio, parece que tienen especial interés por este tipo de noticias.
Volviendo a la noticia, podría pensarse que la idea es buena. Es decir, te sientas en ciertos asientos del autobús y te pones a ligar. Muy bien, favoreciendo las relaciones personales, pero… ¿Qué pasa si coges el bus a las 7 de la mañana y el único asiento disponible es un «asiento del amor? ¿Te van a echar la caña?
Desconozco cómo se lo tomarán los daneses, pero me estoy pensando qué pasaría si lo pusieran por aquí en el bus, el metro o mi queridísimo tranvía. Qué carajo, pongamos un tranvía del amor en Zaragoza cuando funcione. Al menos, así tendrá algún tipo de utilidad. Citas rápidas desde Valdespartera hasta Plaza Paraíso, ahí queda mi idea.